martes, febrero 19, 2008


Tú sabes
que adivinan
el misterio:
me ven,
nos ven,
y nada se ha dicho,
ni tus ojos,
ni tu voz,
ni tu pelo,
ni tu amor
han hablado,
y lo saben
de pronto,
sin saberlo
lo saben:
me despido y camino
hacia otro lado
y saben que me esperas.
Alegre
vivo
y canto
y sueño,
seguro de mí mismo,
y conocen,
de algún modo,
que tú eres mi alegría.
Ven
a través del pantalón oscuro
las llaves de tu puerta,
las llaves del papel,
de la luna
en los jazmines,
el canto en la cascada.
Tú,
sin abrir la boca,
desbocada,
tú,
cerrando los ojos,
cristalina,
tú,
custodiando
entre las hojas negras
una paloma roja,
el vuelo
de un escondido corazón,
y entonces
una sílaba,
una gota del cielo,
un sonido suave
de sombra y polen
en la oreja,
y todos lo saben,
amor mío,
circula entre los hombres,
en las librerías,
junto a las mujeres,
cerca del mercado
rueda el anillo de nuestro secreto
amor secreto.
Déjalo
que se vaya rodando por las calles,
que asuste a los retratos,
a los muros,
que vaya y vuelva
y salga
con las nuevas legumbres del mercado,
tiene tierra,raíces,
y arriba
una amapola, tu boca:
una amapola.
Todo nuestro secreto,
nuestra clave, palabra oculta,
sombra, murmullo,
eso que alguien dijo
cuando no estábamos presentes,
es sólo una amapola,
una amapola.
Amor,amor,amor,
oh flor secreta,
llama invisible,
clara quemadura!
.
.
.
Pablo Neruda